Gráfica de Juan De Pueblo sobre la trifulca entre el Segismundo Cintrón (padre) y Héctor Colón (ladrón) |
"Como el rosario de la aurora", así terminó lo que suponía ser un día ordinario de misa en el municipio de Yauco, Puerto Rico. Lo escuché por parte de una compañera de la universidad y lo confirmé en Primera Hora (PH). Me quedé atónito.
El escenario fué la humilde parroquia San Martín de Porres del municipio del café. Los protagonistas, el padre Segismundo Cintrón Orengo y Héctor Colón González. Personajes secundarios, vecinos y feligreses.
Parroquia San Martín de Porres y Segismundo Cintrón sacerdote de la parroquia en Yauco. Foto de PH |
Según narró el párroco a PH, cerca de las 5:30 de la tarde del jueves, se disponía a celebrar la misa de su vigésimo segundo aniversario como clérigo y escuchó un ruido en la sacristía. Entró, encontró un desorden y dio con Colón. Al cuestionarle sobre el reguero, él indicó que solo quería asustarlo. Ante la sospecha, el cura le pidió que saliera del templo.
Una vez afuera, Segismundo se percató que el susodicho llevaba en el bolsillo la caja de plata que contenía la llave del sacrilegio. Cuando le reclamó, Colón le dio un puñetazo en plena cara y comenzó el forcejeo entre ambos.
El párroco comenzó a gritar como un demente por que el pillo era grande y fuerte. Cerca de un sexteto de personas llegaron a la misa y se sumaron a los vecinos que portaron machetes y tubos para enjuiciar al criminal. Se formó literalmente una "trifulca" y en la casa de Dios, predominó la "garata". De no ser por la actitud mediadora de Segismundo, seguro el ladrón se llevaba tremenda "catimba".
"Temo por mi seguridad y la de mis feligreses...¿Y si entra en medio de la misa?, se preguntaba el padre. Por eso, no dudó en denunciar al osado delincuente. El caso se vió el miércoles en el tribunal de Ponce. Se le impuso cargos de agresión y apropiación ilegal y tras no prestar la fianza de $50 mil dólares impuesta por el juez, lo ingresaron en la cárcel Las Cucharas de Ponce.
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